La música en la Antigua Grecia fue una de las piedras angulares sobre las que se apoyaba el arte heleno. De una importancia social innnegable, la música estableció una relación muy íntima con la danza y, por supuesto, con el teatro, otro de los pilares fundamentales de su cultura. Pero, además, la estructura arquitectónica de la música griega está íntimamente ligada con la posterior música occidental ya que ésta, por supuesto con bastantes modificaciones, utilizó en parte las escalas que habían sido desarrolladas por los músicos helenos.
Por suerte, se conocen cerca de cincuenta fragmentos de música griega, la mayoría muy incompletos y casi ninguno entero (salvo el Epitafio de Seikilos, que podremos escuchar más adelante). Afortunadamente, los antiguos griegos lograron encontrar un modo de representar gráficamente los sonidos: por medio de letras que indicaban la altura y por medio de signos que indicaban su duración. Con ello, se han podido sistematizar ciertos sonidos y ritmos de esta música. Y, por supuesto, también se conocen bien las escalas (modos) en las que se basaba la arquitectura de esta música.
Desde la escala fundamental dórica: re-do-si-la-sol-fa-mi-re, los sonidos se podían transformar en otros modos bien conocidos: hipodórico, frigio, hipofrigio, lidio, hipolidio, mixolidio e hipomixolidio. Hay que destacar dos aspectos importantes: 1) estas escalas, a diferencia de las posteriores occidentales, son descendentes. 2) la presencia de una gran variedad de modos, en contraste con los únicos mayor y menor de la música occidental tonal (o práctica común), lo que añade una gran potencialidad expresiva.
Instrumentos como la lira, la cítara, la flauta de Pan (siringa), el aulos, el hydraulis (precursor del órgano), la trompeta y, por supuesto, diversos elementos de percusión eran muy comunes en la antigua Grecia.
El Epitafio de Seikilos
Es la pieza de música procedente de la antigua Grecia que mejor se ha conservado. Fue descubierta durante el siglo XIX en una población cerca de la ciudad de Éfeso (Turquía) y está escrita en una estela de mármol procedente de la tumba de Euterpe (esposa de Seikilos) y datada como del siglo I antes de Cristo.
Es una canción, de carácter melancólico, que se desenvuelve en el ámbito de una octava (de Mi4 a Mi5) y escrita según nuestro modo mixolidio actual.
A continuación podemos escuchar un audio como referencia…
Epitafio de Seikilos
Continuará…